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Tu caballo te huele a venir!


Los caballos tienen un sentido del olfato mucho mejor que el nuestro y pueden detectar olores desde una distancia considerable. Obviamente, en la naturaleza esto tiene grandes ventajas ya que les permite identificar el olor de un depredador que puede estar acechando a lo lejos. No obstante, también les permite identificar las fuentes de agua que puedan estar lejos.

Para los sementales, el sentido del olfato les permite identificar a la yegua que esta en celo, incluso a media milla de distancia. Los sementales usaran como respuesta el flemen – que es cuando aspiran el olor y doblan el labio hacia arriba. Esta acción cierra los ollares y deja el olor atrapado dentro de la cavidad nasal permitiendo al caballo analizar el olor más atentamente.

La cara de un caballo es larga, esto le deja espacio para todos sus molares pero también para las extensas cavidades nasales. Estas cavidades nasales están cubiertas con membranas mucosas que contienen los nervios olfatorios. No obstante, también hay órganos vomero-nasales que se encuentran en el fondo de la cavidad nasal. También están alineados con las membranas mucosas y contienen más fibras que les relacionan con los nervios olfatorios. Estos son muy eficientes para identificar los detalles sobre el olor de otros caballos lo cual permite a los caballos identificarse los unos a los otros además de a su estado emocional.

Vemos como los caballos usan el sentido del olfato de esta manera cuando se conocen por primera vez. Se posicionan nariz con nariz lo que les permite oler el aliento del otro. A turnos expirarán su aliento en los ollares del otro, que el otro caballo leerá y memorizará. Esto puede llevar a que los caballos se conviertan en grandes amigos p