Cuando un caballo se relame y mastica

En el siguiente artículo, la doctora Sue M. McDonnell habla sobre el significado de relamerse y masticar, algo que a menudo observamos en los caballos. Está doctorada en comportamiento animal aplicado y es jefa del programa de comportamiento equino en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Pensilvania. También es autora de numerosos libros y artículos sobre el comportamiento del caballo.
"El acto de relamerse los labios y masticar es probablemente uno de los comportamientos más mal entendidos del caballo. Refleja simplemente un cambio en el tono del sistema nervioso autónomo que tiene como resultado la salivación que estimula el acto de relamerse, masticar y a veces tragar saliva. Y esto puede suceder en un número de situaciones precedidas por algún tipo de amenaza, incomodidad o molestia de algún tipo. Para explicarlo mejor, cuando un animal o persona está relativamente relajado y ocupado en sus actividades del día a día, como alimentarse y descansar, el sistema nervioso parasimpático (la parte del sistema nervioso responsable de la respuesta “descansa y recupera”) es el que está al mando.
Cuando un animal o persona se siente inquieto o bajo estrés agudo, el sistema nervioso se pone en alerta o en modo “huida o lucha” con el sistema nervioso simpático. El dolor, el miedo o la confusión pueden encender el sistema simpático. Cuando lo que ha encendido el sistema simpático se resuelve, el control del sistema nervioso cambia de nuevo al estado más relajado, el parasimpático.
Los caballos muestran señales de comportamiento evidente de este cambio de uno a otro sistema. Este patrón de relamerse, masticar y a veces tragar ocurre cuando se cambia al sistema parasimpático después de un periodo de simpático. Esto sucede porque cuando el sistema simpático se enciende, cesa la salivación y los labios y la boca se secan rápidamente. Cuando cesa la molestia y vuelve la relajación, también vuelve la salivación. Así pues relamerse y masticar es una simple respuesta refleja para gestionar la salivación que se reanuda después de un periodo de labios y boca seca. De alguna forma, relamerse y masticar reflejan relajación, pero específicamente como resultado de salir de un punto de dolor, incomodidad o estrés. La gente llama a este momento “alivio”. Otro termino medico para ello es atenuación simpática.
La primera descripción científica que encontré de estos indicadores de comportamiento de estados emocionales en animales y en personas fue en los laboratorios de neuro-fisiología y farmacología animal de la escuela de posgrado. Este acto de relamerse y masticar como respuesta a la reanudación de la salivación, junto con toda una serie de otras respuestas, como picores, suspiros y, a veces, bostezos y estiramientos, se usan para controlar qué es lo que pasa en el sistema nervioso.
Un ejemplo de manual de este comportamiento de “alivio” con el que se identifican los humanos es el momento en el que un coche de la policía con las sirenas y las luces puestas te pasa por al lado a toda velocidad sin pedirte que te pares. Te picará el cuello o cuero cabelludo, tragarás o suspirarás. Un escenario más dramático sería cuando el coche se te va en el hielo, cuando el corazón se te acelera o tienes un sudor frío, y tienes que parar el coche y tranquilizarte antes de poderte centrar otra vez. Pero cuando superas el susto, experimentas muchas de estas señales externas de “alivio” y van a través de esta etapa de reanudar la salivación, a menudo tragando saliva y suspirando.
Este ejemplo siempre me ha ayudado a empatizar con un caballo o una persona, cuando lo he visto. Si no es demasiado evidente, me hace pensar en qué podría haberle llevado al estado simpático. Por ejemplo, a menudo puedes identificar qué caballos tienen un dolor, que de otra manera pasaría desapercibido, al observar si el caballo traga saliva y suspira. El patrón de cuando surge puede ayudar a detectar el lugar o sistema que causa la molestia.