Señales de que la silla no se ajusta bien al caballo

Hoy he estado comprobando si una silla que me ofrecían le podría valer a mi yegua, ya que hacer una buena verificación previa es un tema importante para evitar posibles lesiones durante la monta. Este artículo de The Horse me ha parecido interesante para saber detectar señales de que la silla podría no estar ajustándose bien al caballo.
Un caballo que va con la cabeza alta, las orejas hacia atrás y oscilando enérgicamente la cola podría estar indicando algún tipo de incomodidad por varias razones. Una de ellas, que a menudo se pasa por alto, es un mal ajuste de la silla.
Cuando los profesionales revisan la silla de un caballo, buscan señales indicadoras de un mal ajuste en su cuerpo, en su comportamiento y en sus movimientos.
Ten en cuenta que muchas de las señales descritas pueden deberse a otros temas (o conjuntamente) aparte del ajuste de la silla y que puede ser difícil diferenciar entre un mal ajuste y un problema físico no relacionado con ello.
Las señales que puede mostrar un caballo, según algunos expertos, de que podría tratarse de un caso de mal ajuste de silla son:
1. Bultos y lesiones en la piel, donde se coloca la silla
Algunos caballos desarrollan una inflamación de fluidos en forma de círculo bajo la piel de manera repentina y temporal, en un área no mayor a un par de centímetros de diámetro. Suelen aparecer unos 20 minutos después de haberles quitado la silla tras un largo paseo y desaparecen (se reabsorben) en las siguientes 12 horas. Estos bultos habitualmente no son dolorosos.
En otros casos, los caballos muestran otros bultos más duros, que no se reabsorben fácilmente, habitualmente a ambos lados de la columna. Esta sería una reacción inflamatoria de grado bajo a un exceso de presión de la silla que se acaba resolviendo.
Si la presión de la silla no se corrige, estos bultos pueden volverse nudos crónicos palpables. Aunque el bulto en sí no es demasiado incómodo para el caballo, una presión continua sobre el mismo puede llevar a que se convierta en una herida abierta que sería dolorosa y con riesgo de infección.
2. Morados o hematomas