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Caballos y nutrición: la oportunidad de respetar sus instintos


Este post es sobre un artículo sobre nutrición que me llamó la atención por su poderoso título “Respetar el poder de los instintos del caballo”.

En ella se publica una carta escrita por una nutricionista equina, la Dra. Juliet M. Getty y trata sobre la alimentación de forraje libre a demanda. La Dra. Getty tiene un estudio de posgrado de 7 años en el campo de la nutrición animal. Trabaja de manera totalmente independiente y su posicionamiento se basa en la observación y en más de 25 años de experiencia con excelentes resultados.

Como comenta la Dra. Getty, los caballos se desenvuelven en la naturaleza de una manera única. En el ambiente adecuado, son capaces de cuidar de sí mismos siendo lo que son, simplemente caballos. Al domesticarlos los sacamos de su entorno natural pero en cambio sus instintos naturales no cambian, y estos instintos se basan en necesidades mentales y fisiológicas convincentes. No hay que equivocarse: cuando ignoramos o les negamos esas necesidades, ponemos seriamente en peligro a nuestros caballos.

Los cuidados del caballo común a menudo suprimen los comportamientos instintivos del caballo, y éste se ve obligado a ceder tanto fisiológicamente como psicológicamente. Estas concesiones le resultan estresantes y puede llevar a problemas de serio riesgo como ulceras y laminitis, y comportamientos no deseables o incluso peligrosos.

La Dra. Getty propone una alimentación a base de libre forraje a demanda, y considera que se equivocan aquellos que creen que eso puede llevar a problemas de obesidad o laminitis. Comenta que todos admiramos a los caballos salvajes, su fuerza y majestuosidad. Es la naturaleza en su mejor expresión, permitiendo a estos animales vivir como se supone que deben vivir. ¿Porque no vemos a nuestros caballos domésticos de la misma manera? ¿Porque creemos que los podemos confinar a un espacio pequeño durante largas horas, darles un poco de comida “dosificada” cada día y esperar que estén bien, física y mentalmente? ¿Acaso no pertenecen a la misma especie de caballo que antes vivía una vida distinta?

Se dice que el caballo domestico ha evolucionado de manera diferente, que los caballos salvajes no sufren los estragos de la resistencia a la insulina, la principal causa de la laminitis. Parcialmente es cierto, no hay casos de laminitis cuando los caballos son libres de alimentarse como quieran. Pero si se da la resistencia a la insulina, que en realidad es una bendición en el mundo salvaje. La resistencia a la insulina es la forma que tiene el cuerpo de evitar la muerte por inanición. Durante un duro invierno, cuando la comida escasea, los caballos recurren a su grasa corporal para ayudarles a sobrevivir. Hacen esto manteniendo elevados los niveles de insulina, de manera que las células no pueden desprenderse de las grasas. Es un mecanismo de supervivencia.

Creamos esta circunstancia cuando restringimos el acceso al forraje. El caballo responde de la misma manera, en modo supervivencia! Y no suelta su grasa corporal.

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